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Talones agrietados: la cura imparable de la abuela
Estar de pie durante mucho tiempo: Estar de pie durante mucho tiempo, especialmente en superficies duras o con zapatos incómodos, puede aumentar la presión del talón y provocar grietas.
Obesidad: El peso excesivo puede ejercer una presión adicional sobre los pies y hacer que la piel se estire y se desgarre.
Condiciones médicas: Enfermedades como la diabetes y las enfermedades de la tiroides, así como afecciones de la piel como la psoriasis y el eccema, pueden afectar la producción de grasa de la piel y provocar talones agrietados.
Envejecimiento: a medida que envejecemos, nuestra piel pierde grasa natural y elasticidad, lo que la hace más propensa a agrietarse, especialmente en los talones.
Deficiencia de vitaminas: una deficiencia de vitaminas esenciales (C, A, E) y minerales (como el zinc) puede afectar negativamente la salud de los talones.
Contacto continuo con el agua: La exposición prolongada al agua o ambientes húmedos puede despojar a la piel de sus aceites naturales, dejándola seca y áspera.
Entendiendo estas causas y aplicando el remedio del limón, podrás dar un paso hacia unos talones más suaves y saludables. Recuerda que el cuidado y la hidratación habituales son claves para prevenir y tratar los pies agrietados.
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