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Un sueño de verano sin hornear: tarta de queso crujiente con fresas

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La base:
Procesar 26 galletas de crema de vainilla hasta obtener migajas finas y mezclar bien con la mantequilla derretida.
Presione esta mezcla en el fondo de un molde desmontable de 10 pulgadas engrasado y colóquelo en el congelador durante 15 minutos.
El relleno:
Disolver la gelatina de fresa en agua hirviendo y dejar enfriar (no refrigerar).
Batir el queso crema y el azúcar granulada hasta que quede suave.
Batir la nata con el azúcar glass hasta que esté firme y luego incorporarla a la mezcla de queso crema y la gelatina de fresa enfriada en dos pasos.
Coloque una capa de la mitad de la mezcla de crema batida sobre la base, seguida de la mitad de la mezcla de gelatina de fresa. Congele durante 15 minutos, luego agregue el resto de la mezcla de queso crema y cubra con el resto de la mezcla de fresas.
La cobertura:
desmenuza el resto de las galletas de crema de vainilla y las obleas de fresa. Si es necesario, agregue colorante alimentario para crear un tono más rosado.
Espolvorea esta mezcla crujiente sobre la tarta de queso y refrigera durante 4 horas para que cuaje.
Adorne con crema batida antes de servir.

 

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